EL BILLETE DE UN MILLÓN DE LIBRAS

Hoy me complace compartir en este blog una curiosa emisión de fantasía de Gran Bretaña, ejemplo de cómo la imaginación y el dinero pueden ir muchas veces de la mano. Como os podréis imaginar aquellos que empecéis a leer este artículo, no ha tenido lugar, en tiempos recientes al menos, ningún caso de hiperinflación en este país, por lo que no hará falta realizar ningún sesudo análisis de contextos sociales/económicos/políticos o de causas subyacentes para explicar la existencia de este billete.

Se trata de una copia del billete realizado expresamente para el rodaje de la película “El billete de un millón de libras” de 1954 protagonizada por Gregory Peck y basada en la novela homónima de Mark Twain de 1893. Es la historia de un humilde marinero norteamericano en el Londres victoriano que se ve envuelto una peculiar apuesta entre dos adinerados y excéntricos hermanos. Después de conseguir que un banco emita un imaginario (pero a la vez realista) billete de 1 millón de libras, estos hermanos se lo entregan al protagonista en un sobre y esperan las consecuencias. Uno de ellos apuesta por la inutilidad de un billete de tan astronómica cantidad, mientras que el otro piensa que, aunque no pueda servir para transacciones cotidianas, pues nadie dispondrá de tanto cambio, su portador será considerado millonario y se le ofrecerá crédito allá donde vaya. La historia trataba por lo visto de ofrecer una visión satírica sobre la superficialidad de la sociedad británica del momento, aunque en mi opinión también ha servido de inspiración para posteriores realizaciones, viniendo a mi memoria populares comedias norteamericanas de los años 80 (como la célebre Entre pillos anda el juego, Trading places en su versión original, sin ir más lejos)

Copia del billete diseñado para la película


Pensaba que la cosa quedaría aquí, pero como os he comentado alguna vez una curiosidad numismática lleva a otra. Al indagar un poco acerca de este billete me dí cuenta de que hay casos en los que no se trata precisamente de una invención para un rodaje o para regocijo de coleccionistas. Existen billetes de 1 millón e incluso 100 millones de libras. Se encuentran a buen recaudo en el Banco de Inglaterra y se les conoce como “gigantes” (los de 1 millón) y “titanes” (los de 100 millones). Es normal preguntarse para qué pueden servir unos billetes de tal alta denominación, y parece ser que se trata de emisiones especiales creadas por las autoridades monetarias para simplificar el respaldo de grandes depósitos. Hoy día estos “gigantes” y “titanes”, cuyo valor asciende a un total de ocho mil millones de libras, tienen la finalidad de respaldar las emisiones escocesas y norirlandesas que mostramos aquí hace cosa de un año (haz clic aquí para ver la entrada). Los bancos escoceses y norirlandeses están hoy día autorizados a emitir sus propios billetes de libra para la circulación pero deben garantizar que toda esa cantidad tiene su réplica en libras del Banco de Inglaterra. Dado que resultaría muy incómodo para esta institución mantener esos depósitos en billetes pequeños, se opta por la fórmula de los “gigantes” y “titanes”, de los que existen solamente unos 4.000 ejemplares impresos.

No es la única vez que se ha utilizado esta fórmula: en 1948 el préstamo del Plan Marshall de 300 millones de libras se materializó en parte en billetes de grandes cantidades, entre ellos los de 1 millón de libras. Uno de estos ejemplares se subastó recientemente, pagándose por él un total de 69.000 libras. No está mal, pero para un billete que una vez tuvo el valor de un millón, creo que supone un paso atrás.

En cuanto al billete original de la película, también corrió una suerte parecida puesto que se subastó en Sotheby’s en 1989 aunque por una cantidad mucho más modesta: 2.000 libras. De todos modos, no está nada mal para un simple billete de fantasía…



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