EL LARIN, LA MONEDA DEL ÍNDICO

Dos tawilah o larines de cobre de la península arábiga,
ss. XVIII-XIX
Despedí el año 2015 con la intención de traer más dinero curioso y me gustaría comenzar este 2016 a lo grande, pues el larin (con sus diferentes variantes) es una de las formas de dinero más peculiares con las que he tenido el placer de toparme. Con su característica forma de horquilla, esta moneda se convirtió en una auténtica referencia para el comercio internacional en el Golfo Pérsico y el Océano Índico durante la época del Renacimiento, un área en la que confluían (y a menudo chocaban) los intereses económicos locales (persas, indios y otomanos) y los europeos (principalmente ingleses, holandeses y portugueses)


La era de la dinastía Sefavida en Persia coincide con el Renacimiento en Europa, y en muchos sentidos se considera como el inicio de la modernidad en la historia de Irán. Después de varios siglos de gobernantes pertenecientes a familias foráneas, los persas volvían a contar con una dinastía proveniente de su propio territorio. El dominio Sefavida comenzó con Ismail I en 1501, primero en Azerbaiyán y pocos años después sobre todo el territorio, y fue consolidado durante el largo reinado de su hijo Tahmasp a partir de 1524. Durante este tiempo Persia llegó a controlar la extensión que hoy corresponde a los estados de Irán, Azerbaiyán, Armenia, Georgia, Irak, Kuwait y Afganistán, así como porciones de Turquía, Siria, Pakistán, Turkmenistán y Uzbekistán. No fue este un imperio que conociera largos periodos de paz, dado que las tensiones con sus vecinos otomanos fueron constantes, y durante el siglo XVII no pudo resistir las presiones de diferentes pueblos de Asia Central y del pujante imperio ruso de Pedro el Grande. Aún así, la Persia Sefavida destacó en numerosos campos además del militar, como el cultural (con un desarrollo sin precedentes de las artes plásticas y la arquitectura) o el comercial, como veremos a continuación.

A principios del siglo XVI, era de descubrimientos geográficos y búsqueda constante de nuevas rutas comerciales, el Océano Índico comenzó a ganar peso en el comercio mundial, y la nueva monarquía persa tuvo la legítima pretensión de jugar un papel clave en este ámbito. Durante el reinado de Ismail I los persas crearon el larin, moneda consistente en un trozo alargado de plata doblado por la mitad hasta unir sus extremos, a modo de horquilla o chaveta, con una acuñación rudimentaria y parcial (dado el escaso espacio disponible) consistente en un cuño circular o rectangular de caracteres arábigos. Aparentemente recibió este nombre como homenaje a la ciudad de Lar en el sur de Irán, pese a que no existe evidencia de que estas curiosas monedas se produjeran jamás ahí. Su peso estaba fijado en 5,15 grs. y, aunque no podemos sino especular al respecto, coincide con el de los tangkas de plata que el soberano Shah Rukh puso en circulación un siglo antes.

Según explica Robert Tye, mi referencia principal para el análisis de monedas antiguas, la idea consistía en poner en circulación la mayor cantidad de plata posible con el mínimo coste y máxima celeridad. En este sentido, la emisión de larines era rápida y sencilla, y sus peculiares características (simpleza, pureza del metal y forma de lingote pequeño) hacían de ella una moneda reconocida y aceptada internacionalmente. De hecho, el larin persa estaba oficialmente sobrevalorado debido a su contenido de plata. Los comerciantes eran requeridos por ley a entregar las monedas de plata extranjeras a las autoridades para ser reconvertidas en larines. Pese a que los comerciantes debían pagar una tasa a las cecas la sobrevaloración del larin compensaba con creces este coste.

Así, durante los siglos XVI y XVII el larin fue la moneda más influyente del comercio en el Índico, hasta que fue desplazada por los ocho reales de plata españoles en el siglo XVIII. Durante este tiempo fueron varios los estados vecinos que emitieron imitaciones de larines, con mayor o menor parecido. Destacan en este sentido los producidos por Bijapur en el sur de India, que se caracterizan por ser más delgados y alargados aunque de menor peso, o los de Ceilán (la actual Sri Lanka), conocidos por su forma de anzuelo.

Los que podéis ver en las imágenes no pertenecen a las categorías de larines mencionados hasta ahora. Se trata de un tipo peculiar de la península arábiga conocidos como "tawilah", que viene a significar "trozo largo", son de vellón o cobre y fueron producidos a partir de 1700. Miden 3,4 y 3,7 centímetros, pesan poco más de 3 grs. cada uno y aparentemente proceden de la zona de Al-Hasa, un enclave del este de la península arábiga importante tanto por su posición en el Golfo Pérsico como por sus recursos naturales, ya que se trata literalmente de un oasis en medio de una zona desértica. En la época que nos ocupa Al-Hasa estaba bajo dominio otomano aunque de forma intermitente, pues conoció periodos de independencia

Se especula con que debían equivaler a 75 por cada thaler de María Teresa, haciendo así las veces de calderilla, y circularon hasta bien entrado el siglo XIX. Esto es algo que ciertamente debía causar fascinación y desconcierto entre los viajeros occidentales, ya que pocos podían sospechar que los tawilah eran parientes lejanos y última expresión de una de las monedas más influyentes (y curiosas) que jamás habían circulado por la región. 

Odd and Curious Money, descriptions and values, by Charles J Opitz, 2nd Edition 1991

Early World Coins & Early Weight Standards, by Robert Tye, published by Early World Coins, York 2009

Encyclopedia of Money, by Larry Allen, ABC-Clio Inc. Santa Barbara, California 1999
D.T. Potts, Six copper tawilah from northeastern Arabia, University of Sidney, Australia, 1991 

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